La Declaración de Seúl, junto al Informe sobre el Estado de la Gran Comisión, se publica al inicio del IV Congreso de Lausana a fin de servir como herramienta informativa e inspiracional para la iglesia global durante el Congreso.
La Declaración de Seúl no es un documento aislado. Su importancia radica en que se basa en los asombrosos cimientos del Pacto de Lausana, el Manifiesto de Manila y el Compromiso de Ciudad del Cabo. Juntos, estos documentos reflejan las convicciones y los valores bíblicos contemporáneos. La Declaración de Seúl aborda aquellas cuestiones contemporáneas que suponen carencias, a las que el Grupo de Trabajo de Teología (TWG por sus siglas en inglés) consideró necesario abordar para fortalecer y pulir la misión global de la actualidad. En 2019, el equipo del TWG comenzó a crecer bajo la supervisión inicial de Michael Oh y David Bennett y ha seguido creciendo. Los criterios más importantes con los que debían cumplir los miembros del TWG eran los siguientes: debían ser presuntos evangélicos, estar recomendados, representar a los países del mundo y las tradiciones cristianas. El TWG reúne voces femeninas y masculinas provenientes de Latinoamérica, Escandinavia, Oriente Próximo, África, Reino Unido, Norteamérica, Australia-Nueva Zelanda, el Sudeste Asiático y Asia Oriental. El TWG, bajo el excepcional liderazgo del Dr. Ivor Poobalan y el Dr. Victor Nakah, ha logrado transmitir al Movimiento y a la iglesia mundial, con fidelidad y convicción, la llamada fuerte y sonora a influir sobre la misión global de la próxima generación. La junta directiva de Lausana los elogia sinceramente por tan diligente labor.
El CUARTO CONGRESO DE LAUSANA
LA DECLARACIÓN DE SEÚL
El Cuarto Congreso de Lausana, celebrado en Incheon (Corea del Sur), marca el 500 aniversario del nacimiento de un notable movimiento comprometido con la misión mundial. El Primer Congreso de Lausana, celebrado en 1974, reunió a 2.700 líderes eclesiásticos de más de 150 países, que afirmaron su común convicción de que toda la iglesia debe llevar todo el evangelio a todo el mundo.
El IV Congreso de Lausana representa un punto de encuentro y un hito clave en un proceso de varios años, denominado «el viaje de Lausana 4». Este viaje comenzó con varias docenas de llamados a escuchar de parte de líderes de todo el mundo, con grupos de discusión y extensas entrevistas. Se pretendía, de esta forma, identificar las carencias, las oportunidades, las innovaciones, los avances y las oportunidades para seguir investigando y colaborando para cumplir con la Gran Comisión de Jesús, es decir, para hacer discípulos de todas las naciones, enseñándoles a obedecer todo lo que Él ordenó. El informesobre el Estado de la Gran Comisión, con sus respectivas respuestas regionales, se enfocó en 40 factores y tendencias clave que surgieron de este proceso de escucha y que están configurando el mundo y la iglesia global a medida que nos adentramos en la próxima década, con la mirada puesta aún más lejos, en el 2050. El informesobre el Estado de la Gran Comisión se centró en las áreas donde es necesaria una mayor colaboración estratégica.
Durante este proceso de escucha, el TWG se enfocó especialmente en las «lagunas» bíblicas y teológicas: en aquellas áreas a las que los anteriores documentos fundacionales de Lausana no le habían dado tanta atención. A partir de esas lagunas, se seleccionaron siete temas que invitan a desarrollar nuevas reflexiones bíblicas y teológicas. Lo que despertó la necesidad de pensar en la Declaración de Seúl fue la discusión del TWG sobre el significado, la declaración y la defensa de «el evangelio». A partir de este debate, se abrieron interrogantes sobre las lagunas teológicas cruciales que se evidencian en la iglesia global, que socavan la misión de la iglesia de proclamar y demostrar el «evangelio» en el mundo. Tras elaborar una lista de todas estas lagunas, el TWG asignó cuatro de ellas a equipos separados con líderes designados. Finalmente se centraron en siete lagunas y se encargó a respectivos escritores la labor de colaborar con los temas restantes. Estos escritores buscaron mantener una perspectiva global en medio de la diversidad de sus distintos contextos culturales y denominacionales. Su atención al detalle y al escrutinio de cada término y cada frase fueron admirables. Escucharon con amabilidad las perspectivas de los demás y se esforzaron por producir un documento bíblicamente estratégico.
Puesto que la Declaración de Seúl no reemplaza los documentos fundacionales, sino que los complementa, no busca ser exhaustiva ni repetir los temas que los otros documentos ya destacaron. La Declaración de Seúl está pensada para ser utilizada junto con el informe del Estado de la Gran Comisión a fin de que los participantes del Congreso puedan estar informados tanto sobre los aspectos teológicos como los estratégicos a los que es necesario prestar atención por relacionarse con el tema del Congreso: «Que la iglesia proclame y exhiba a Cristo juntos». Estos dos documentos del viaje de Lausana 4 están diseñados para alentar la reflexión bíblica y las acciones colaborativas, dentro y fuera del Congreso.
Todos los documentos de Lausana forman parte de una conversación viva y continua entre aquellas personas que siguen a Cristo como Señor, que aceptan la autoridad de la Palabra de Dios y que comparten una visión común: creen que el evangelio debe ser para todas las personas, que debe haber iglesias que hagan discípulos en cada pueblo y lugar, líderes semejantes a Cristo en cada iglesia y sector y que el reino debe impactar en cada esfera de la sociedad. No se presenta ningún documento de Lausana como una declaración final o exhaustiva de toda la teología, la estrategia y la misión cristianas. Desde el sitio web de Lausana puede accederse a una colección enorme de recursos sobre diversos temas, gracias a los aportes de no solo personas dentro del Movimiento de Lausana, sino también de equipos de autores globales. Allí donde haya temas dignos de atención que aún no hayan sido debidamente abordados por el conjunto de recursos de Lausana, invitamos a los líderes del Movimiento de Lausana a aportar contenido adicional o a proponer nuevos encuentros. De esta forma, estas carencias podrán abordarse con entendimiento bíblico o con acciones colaborativas estratégicas.
Sería bueno que los participantes del Congreso y los líderes cristianos en general se tomen el tiempo de leer toda la Declaración de Seúl por cuenta propia y con un espíritu reflexivo. Dado que la Declaración de Seúl se pondrá a disposición de los participantes durante el Congreso, los alentamos a aprovechar las oportunidades para participar de debates informales con amigos, con las personas sentadas a la mesa y con compatriotas sobre los diversos temas que aborda este documento. Asimismo, a fin de a profundizar el impacto de la Declaración de Seúl, los animamos a alentar a otras personas a leer el documento e interactuar con él en sus países de origen.
La Declaración está organizada por temas principales, pero cada párrafo individual ha sido numerado secuencialmente. De esta forma, al lector le resultará más fácil referirse a una sección y cita pertinente. Los siete temas identificados en la Declaración de Seúl buscan producir un sentido de claridad en un mundo de confusión teológica y misional: que las convicciones cristianas tienen sus raíces en las Escrituras y en dos milenios de tradición cristiana; que podemos saber con confianza qué cosas son centrales a «el evangelio» y podemos distinguir todo lo periférico y las cosas falsas; que estaremos igualmente comprometidos con la declaración de fe (evangelismo) como con la defensa de la fe (discipulado y atención pastoral), siendo doble la responsabilidad que implica ser la iglesia global.