Global Analysis

Todo el mundo y los no alcanzados

Orientación práctica para tomadores de decisiones

Joshua Bogunjoko May 2023

En 2021, el número de creyentes entre los moros hassaniya de Malí se duplicó.[1] Es difícil describir la alegría que sintió el equipo que trabaja entre ellos, así como los amigos, simpatizantes, compañeros de oración y líderes de la misión que viven lejos. Con los ángeles del cielo (Lucas 15:10), mi esposa y yo nos regocijamos con esta noticia como si una lluvia torrencial hubiera caído del cielo en medio de una sequía.

¿El nuevo número total de creyentes entre los hassaniya? Dos.

Este milagro singular fue el resultado de años de orar, renovar la visión central de nuestra misión, dialogar con colaboradores, realizar investigaciones y hacer planes cuidadosamente. Con el tiempo, un equipo multidisciplinario y multiétnico de trabajadores de todo el mundo se reunió para vivir como vecinos de un remoto grupo de aldeas en Malí. Habría sido mucho más fácil enviar a estos trabajadores a través de nuestro proceso tradicional, de uno en uno, a cualquiera de nuestras vacantes existentes, muchas de las cuales se concentran donde el evangelio ya está presente. Habrían tenido un impacto utilizando sus habilidades y dones allí. Pero nos habríamos quedado cortos en una convicción vital: que nadie debe vivir y morir sin escuchar las buenas nuevas de Dios, ya que el evangelio es para todo el mundo.

En Marcos 16:15, Jesús ordena: “Vayan por todo el mundo y anuncien las buenas nuevas a toda criatura”. Hechos 1:8 enfatiza un testimonio a la parte más remota de la tierra. El Movimiento de Lausana pide que toda la iglesia lleve todo el evangelio a todo el mundo. ¿Creemos realmente que el evangelio está destinado a todo el mundo? Si es así, ¿por qué tantos como los moros hassaniya siguen sin tener un solo misionero entre ellos o sin acceso real al evangelio? Tanto como el 77,3% de los misioneros sirven entre personas a las que ya ha llegado el evangelio. Alrededor del 19,4% están entre los no evangelizados. Solo el 3,3% restante vive entre los 3.280 millones de personas que nunca han oído el nombre de Jesús.[2] ¿Por qué los misioneros van en dirección opuesta a las zonas más concentradas de quienes no tienen acceso al evangelio?[3]

Los datos desglosados[4]

He aquí algunas estadísticas de un vistazo:

  • El 3% de los misioneros van a lugares no alcanzados; el 97% van a lugares alcanzados o no evangelizados.[5]
  • En todo el mundo, el 87% de los musulmanes, hindúes y budistas no conocen personalmente a ningún cristiano.[6]
  • Los 1.900 millones de musulmanes del mundo solo tienen 5.000 misioneros, un misionero por cada 400.000 musulmanes. Sin embargo, Brasil recibió 20.000 misioneros en 2010.[7]
  • El 95% de los 5,5 millones de trabajadores cristianos a tiempo completo en el mundo trabajan dentro del mundo cristiano.
  • El 82% de todas las donaciones cristianas se destina al ministerio de la iglesia local y se gasta en la propia congregación local y sus pastores. Solo el 1,7% se destina a alcanzar a los no alcanzados.

Las acciones de la iglesia mundial y nuestro uso de los recursos no han reflejado ese llamado de Lausana: que toda la iglesia debe llevar todo el evangelio a todo el mundo.

En medio de este tipo de estadísticas, la salvación de una persona entre los moros hassaniya de Malí se destaca de forma brillante. Hace solo tres años, había un creyente conocido entre todo el grupo, y no había ningún testigo fiel entre ellos para generar la esperanza de que hubiera más.

La respuesta de SIM: testimonio fiel a comunidades olvidadas

Albishir (seudónimo) no sabía dónde acabaría después de morir, pero creía que Okan conocía la respuesta. Así que Okan y su esposa Joy, misioneros de SIM de Nigeria, le hablaron del amor de Cristo y de la seguridad de la salvación. Con alegría en el rostro, Albishir encontró lo que buscaba y aceptó a Jesucristo como su Señor y Salvador. Se quitó su amuleto y juntos lo quemaron en el fuego.

Albishir, un moro hassaniya, había estado observando el amor de Dios en acción a través de un equipo de trabajadores multidisciplinares de SIM procedentes de muchas zonas diferentes del mundo, especialmente cuando Dios los utilizó para dotar a su pueblo de pozos para agua potable. La ubicación muy remota de su hogar, la ausencia de muchos tipos de infraestructura y las preocupaciones de seguridad de la zona presentaron retos significativos para traer a un nuevo equipo a vivir como vecinos.

Un proceso saturado de oración durante los últimos años ha dado lugar a una renovación de la visión, la misión y el propósito pioneros de SIM desde hace más de un siglo: Convencidos de que nadie debe vivir y morir sin escuchar las buenas nuevas de Dios, creemos que él nos ha llamado a hacer discípulos del Señor Jesucristo en las comunidades donde es menos conocido.

De aquí surgió una iniciativa llamada «Testimonio fiel a comunidades olvidadas», basada en la referencia de Jesús a Antipas, un testigo fiel en Pérgamo (Ap 2:13). En colaboración con el Centro para el Estudio del Cristianismo Mundial del Seminario Teológico Gordon-Conwell, identificamos lugares sin ningún acceso al evangelio, como los moros kayes y hassaniya de Malí, los habitantes de Ayutthaya (Tailandia) y y otras comunidades específicas del África Septentrional, Oriente Medio, Asia Central, Asia Meridional, etc. Tras dialogar con organizaciones afines de cada región, empezaron a formarse equipos procedentes de muchos países, con competencias diversas basadas en las oportunidades y las necesidades sentidas expresadas por la comunidad local. En la actualidad, un grupo diverso de 52 personas de 19 países sirve en 8 equipos en 8 países, junto con trabajadores de iglesias de esos países.

El modelo de movilización y envío pretende colocar a cientos de misioneros más de todo el mundo en los próximos años en un proyecto que creemos que puede hacer avanzar el evangelio en las comunidades donde menos se conoce a Cristo.

Las comunidades se identifican de antemano en función de la falta de acceso al evangelio, no de las vacantes en un campo actual. Los equipos son multidisciplinarios y multiétnicos por diseño. Un equipo intencionalmente compuesto por personas con una variedad de habilidades puede bendecir y traer shalom a toda una comunidad.

Nuestra premisa en SIM es también que los equipos multiétnicos son tanto un vaso eficaz para llevar el evangelio a través de las barreras como una demostración del evangelio mismo. Son un medio eficaz para compartir el evangelio y hacer discípulos, y son una auténtica expresión del rostro y la unidad del cristianismo mundial.

Orientación práctica para tomadores de decisiones

Puede que usted haya descubierto que su iglesia u organización no está haciendo su parte en las misiones mundiales, o que sus donaciones no dan prioridad al evangelio para todo el mundo. Su iglesia o ministerio puede ser como un pequeño barco o un enorme transatlántico; puede necesitar una ligera calibración de la brújula o un completo reajuste de su rumbo. En cualquier caso, ¿qué medidas prácticas puede tomar usted?

Preguntas que debemos hacer

El mejor punto de partida es plantear preguntas como estas:

  • ¿Qué parte de sus recursos se destina realmente a hacer accesible el evangelio a los que no tienen ningún acceso?
  • ¿Con qué frecuencia desafía su iglesia a sus miembros a dar sus vida y sus recursos para hacer accesible el evangelio a quienes viven y mueren sin él?

Las respuestas no solo revelarán las prioridades y los niveles de concienciación, sino que también informarán los pasos futuros, introduciendo una visión para el futuro. ¿Está bien seguir enviando más trabajadores a contextos donde el evangelio está presente e incluso es fuerte, e ignorar otros donde el evangelio no es oído en absoluto? Las preguntas pueden desencadenar una orientación de aprendizaje, que crea el fundamento necesario para una visión y una dirección nuevas.

Consejos y éxitos, basados en lo que ha hecho SIM

En primer lugar, el propósito, la misión y la visión de una iglesia u organización deben volver a centrarse en los que viven donde no hay ningún acceso al evangelio. Sin esto, es fácil dejarnos llevar hacia los frutos que cuelgan más bajos de los lugares existentes y «fáciles». Recuerde que no hay nadie entre los no alcanzados que abogará por sí mismo para ser una prioridad, por lo que una iglesia o ministerio debe elegirlos intencionadamente. Solo este nivel de intencionalidad creará las condiciones para que una semilla del evangelio sea efectivamente enviada y plantada en un lugar donde ahora no existe ninguna.

En segundo lugar, es fundamental que todos los miembros de la iglesia u organización abracen la prioridad. Deben ser como una flota de barcos que miran a la misma estrella guía y navegan usando el mismo mapa celeste.

En tercer lugar, la clave de la eficacia en un mundo globalizado son los equipos multiétnicos y multidisciplinarios. Todo un equipo con múltiples cualificaciones se dirige a toda una comunidad con múltiples oportunidades. Cuando corresponda, los nuevos trabajadores deben tener la intención de formar parte de equipos con personas del lugar que ya estén sirviendo y sepan lo que funciona en su contexto, en lugar de pensar que ellos mismos aportarán las soluciones.

Obstáculos que debemos prever

La falta de concienciación y los conocimientos inexactos son los primeros obstáculos que debemos prever. Muchas iglesias y ministerios capaces y aun con mentalidad misionera no son conscientes de que tantas personas en el mundo siguen sin poder acceder al evangelio en un idioma y de una forma que puedan entender.

Los obstáculos financieros también pueden ser importantes, especialmente para los trabajadores del Sur Global. Y, sin duda, habrá oposición por parte de los poderes de las tinieblas. Esto deberá ser enfrentado con oración constante y persistente. No hay barrera demasiado alta que nuestro Dios no pueda superar.

A veces, sin proponérselo, las iglesias y los ministerios crean o perpetúan obstáculos internos para alcanzar a todo el mundo. Estos pueden encontrarse en estructuras, procesos o actitudes. También puede haber donantes que no comprendan la realidad y las oportunidades que se presentan. Un paso vital es educar y reorientar a líderes, donantes, reclutadores, personal de finanzas y trabajadores existentes. Los tomadores de decisiones en todos los niveles deben ser reorientados hacia una prioridad de «todo el mundo» si queremos oír el sonido del nombre de Jesús en lugares donde ahora nadie lo pronuncia.

Oración movilizadora

Los lugares que conforman el resto de «todo el mundo» son lugares en los que no se puede entrar sin la guía del Espíritu Santo y la protección que viene de oraciones fervientes y dedicadas, individuales y colectivas. El Señor de la Cosecha anhela encontrarse con nosotros, sus trabajadores de la cosecha, para hablarnos, instruirnos y alinearnos con su corazón y sus planes.

Hay tres oraciones que están continuamente en mi corazón: que Dios levante los ojos de los líderes de las iglesias para que vean que el campo está blanco para la cosecha, que Dios llame a muchos jóvenes a dar sus vidas para servir a aquellos que no tienen ningún acceso al evangelio y por un corazón colaborativo entre las iglesias y las agencias misioneras del Norte y del Sur Global que produzca un poderoso movimiento para llevar las buenas nuevas a todos aquellos que aún esperan oírlas.[8]

Conclusión

Hace más de 110 años, un misionero pionero de Canadá abandonó un puesto de misión establecido en una ciudad de Nigeria y se adentró en la selva. Quedaba mucho trabajo por hacer en el pequeño puesto de misión; allí abundaban las oportunidades para la evangelización y la extensión. Pero, como él decidió ir más lejos, mi pequeño pueblo de Owa-Onire escuchó el evangelio. Soy el fruto de aquel misionero que insistió en que el evangelio debía llegar a todo el mundo.

Comprometámonos con la tarea urgente e inacabada de hacer discípulos de Jesucristo en todo el mundo. “Que se conozcan en [toda] la tierra sus caminos, y entre todas las naciones su salvación. Que te alaben, oh Dios, [todos] los pueblos; que todos los pueblos te alaben” (Sal 67:1-4).

Endnotes

  1. This article is based on the author’s presentation at Gordon-Conwell Theological Seminary during its Annual Mission Week, September 2021.
  2. Editor’s Note: The term ‘unreached’ refers to people with little or no access to the gospel, while ‘unevangelized’ people are those who have not heard the gospel but live in a context where the gospel is more readily available.
  3. ‘Mission Stats: The Current State of the World,’ The Traveling Team, https://www.thetravelingteam.org/stats.
  4. Unless otherwise indicated, all data in this section comes from ‘Mission Stats,’ The Traveling Team. https://www.thetravelingteam.org/stats.
  5. ‘How Hard Can It Be to Find Someone Who Knows Jesus?’ mark4.co, September 19, 2019, https://mark4.co/blog/how-hard-can-it-be/.
  6. Todd M. Johnson and Gina A. Zurlo, eds., World Christian Encyclopedia, 3rd ed. (Edinburgh: Edinburgh University Press, 2020).
  7. ‘How Hard Can It Be?’ https://mark4.co/blog/how-hard-can-it-be/.
  8. Nota del editor: Ver el artículo “¿Cómo podemos alcanzar definitivamente a los no alcanzados?” por Ben Thomas, en el Análisis Mundial de Lausana de marzo 2018, https://lausanne.org/es/contenido/aml/2018-03-es/como-podemos-alcanzar-definitivamente-a-los-no-alcanzados